8/11/10

hydro

Marina De La Fuente nació a principios de febrero de 1864 (Acuario, si crees en ese tipo de cosas). La última vez que la vi, me contó lo de la vacuna. De esto hace una semana, pero la encontré todo lo bien que puede estar una persona con 146 años. Me dijo que, aunque era verdad que había inventado aquella vacuna milagrosa, ésta nunca llegó a comercializarse. Siempre había tenido sus reservas y, en el último momento, se dio cuenta de que podía ser peligroso. Las probabilidades de que funcionase no eran demasiado elevadas y no quería defraudar a la gente, y las probabilidades de que funcionase la inquietaban por lo que pudieran acarrear. La presión de la compañía farmacéutica para la que trabajaba se lo puso difícil. Esa misma presión hizo que el producto saliera a la venta. Pero como he dicho, no fue una vacuna lo que se comercializó. Simplemente era agua. A partir de ahí pasó lo que todos sabemos y lo que ni los laboratorios Ribon ni Marina de la Fuente esperaban. El Hydro se convirtió en un éxito y la gente que lo consumía empezó a resistir mejor las enfermedades y a envejecer a un ritmo más pausado. Aunque, repito, se trataba simplemente de agua. Claro que eso no lo sabía nadie. En poco tiempo el consumo se masificó y aparecieron los hydroyonkis. Mientras todo esto sucedía, Marina de la Fuente siguió experimentando con el Hydro auténtico en ella misma. Me contó que había logrado sintetizar un remedio más o menos definitivo. Algo que creía que funcionaba de verdad. Pero aquello hacía mucho que carecía de sentido para ella; simplemente sentía la obligación de hacerlo. Ayer la encontraron muerta por una sobredosis de Hydro auténtico. Una sobredosis de vida, en definitiva. Y este botecito que tengo aquí, no es ni más ni menos que el resultado de sus 125 años de investigación.

(Escuchando: Placebo - The bitter end)

9 comentarios:

Susana Pérez dijo...

Guau... morir de una sobredosis de vida. Impresionante.

Abrazos

budoson dijo...

¡Gracias! Sí, tiene que ser una muerte intensa.

Acuática dijo...

¡Qué genial! Y encima estabas escuchando a uno de mis grupos favoritos. ¡Me encanta Placebo! Y lo de los hydroyonkis me ha parecido un puntazo.
Muchas gracias Budoson ^_^

David Moreno dijo...

Interesante lo de morir por sobredosis de vida y buena música la de Placebo.

Un saludo indio

Pedro Peinado dijo...

Ese botecito de vida que tienes ahí, Budoson, creo que deberías compartirlo. A Marina no le hace falta, ella cual Obelix, se cayó en la marmita.

Thanos_Malkav dijo...

Teniendo en cuenta a quién está dedicado, es un relato doblemente bueno, tanto por lo personal (el agua y Marina), como por el contenido en sí que me ha gustado mucho: ¡gran final!

budoson dijo...

Gracias a ti Acuática; la verdad es que me serviste de inspiración para una idea de la que me siento más o menos satisfecho. Lo de los hydroyonkis llevaba tiempo queriéndolo meter en algún sitio XD En fin, que todo se alineó para que la cosa resultara así. Y lo de Placebo no fue premeditado. Luego me di cuenta de que el Hydro (el no auténtico) es un placebo, y de que era uno de los grupos que te molaban.
Muchas gracias, NC; parece que la sobredosis de vida está gustando. Seguiré investigando.
Vale Pedro, creo que podemos llegar a un acuerdo.
Muchas gracias, Thanos. Estás en tu casa.

River dijo...

Hola

Como adicto a los micros de Acuática he llegado hasta tu blog.
Me ha gustado mucho, la forma y el fondo n_n

Te sigo.
Hasta pronto.

budoson dijo...

Me alegro de que te haya molado, River. Bienvenido, voy a echar un ojo a tu blog.