18/5/15

quince minutos de drama

Estoy atrapado en el mar de sargazos de la élite provincial
nadando a contracorriente entre coral humano
que te agarra y no te suelta
y te deja pequeñas marcas. 
Mi cerebro se toma la noche libre 
y está riéndose y juzgándome
desde el otro extremo de la barra. 
Cuando la chica guapa y yo 
nos quedamos solos
sufro un ataque de pánico;
“fumas mucho”, diagnostica,
y lo único que pido es que no recuerde mi cara. 
Erato me tira la bebida, 
Euterpe eructa en mi oído, 
Terpsícore me roe los tobillos, 
Calíope se cuelga de mi boca.    
Debo tener mal aspecto, porque alguien me dice que se alegra de verme
cuando es exactamente lo que debería haber dicho yo. 
Debo tenerlo cuando me dicen 
que soy alguien que merece la pena conocer
y, oye, espera, 
eso funciona, 
los quince minutos de drama pasan. 
No sé hasta cuándo. 
Pero pasan. 

(Escuchando: Placebo - Spite and malice)