7/4/10

compañeros de piso (y III)

Para cuando volví de vacaciones lo de Ester se había ido a la mierda. Ésa era la parte negativa de Ester. No había sido complicado encontrarla. Llegó un momento en que sólo hablaba de David. Cualquier cosa le recordaba a él y me echaba en cara que sacara ciertos temas cuando hablábamos porque, según ella, estaban relacionados con él y yo estaba jugando a volverla loca. Entonces me di cuenta de que era ella la que se estaba volviendo loca a sí misma y decidí que lo mejor para todos sería no volver a vernos. Una auténtica lástima.

Eres lo que comes. El viejo dicho. Según eso, David puede ser considerado alguien bastante especial. Desde septiembre he visto desfilar por la mesa de la cocina todo tipo de sobras. Desde comida persa hasta algún que otro intento de tarta de chocolate. Pasando por platos más o menos elaborados que algo me dice que no preparaba él. Eso sí, nada de fruta. Algún zumo, pero nada más. Al principio pensaba que no quería que se le estropease, teniendo en cuenta el poco tiempo que pasaba en casa. Luego descubrí que ni siquiera compraba fruta en conserva. Por la frecuencia con que se ensuciaban los platos y por los cambios más o menos regulares que se producían en el frigorífico, también descubrí que pasaba más tiempo en casa de lo que parecía. Desde el principio quiso que tuviera claro que podía coger cualquier cosa que me apeteciera.

Durante estos meses me he encontrado con mucha gente que conocía a David. Gente de la universidad, la casera, el chino que reparte comida por nuestra zona, el camarero del bar de enfrente, algún vecino. Todos me han ayudado a seguir armando el puzzle. Estudiante mediocre pero simpático aunque algo liante, un inquilino que no da problemas y paga a tiempo, gran consumidor de sopa Wan –Tun, fumador de Lucky, un chico educado… Acabo de recordar una cosa. Me parece que fue a mediados de diciembre. Una tarde bajaba corriendo por las escaleras porque llegaba tarde a un examen y me crucé con alguien que subía. Creo que ni siquiera le saludé. Ya en la universidad me vino a la cabeza y todavía hoy sigo pensando si sería él. Nunca se lo he llegado a preguntar. Ahora son las 5.37 de mi último día en este sitio. Hace rato que es 13 de febrero. Estoy algo borracho. David me dijo que lo arreglaría para pasarse por aquí y despedirse. Suena divertido, lo sé. Por eso compré varias botellas de cerveza, pero sospechaba, creo que con motivo, que terminaría bebiéndomelas yo. Es extraño. A pesar de todo, creo que he llegado a conocerle. A conocerle de verdad. Y tengo claro que si no llega a ser por él, mi estancia aquí habría sido mucho más complicada.

(Escuchando: Migala - El tigre que hay en ti)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena historia.

budoson dijo...

Muchas gracias, anónimo.

Anónimo dijo...

Buena.
Va creando un momentum fantástico, que hace esperar un final más sorprendente, que David es un fastasma o un doble agente de la CIA o algo así, pero aún sin eso es buena.

budoson dijo...

Me alegro de que te haya gustado, y me alegro de que me digas por qué podía haberte gustado más.
Welcome back!