24/1/09

mesas

La conversación se centra en cosas importantes, pero yo no abro mucho la boca. Prefiero aprender un poco esta tarde. La gente de alrededor también habla de temas interesantes. El grupo de al lado se marcha y en seguida se sienta una mujer mayor con una chica joven. Guapa. Sigo escuchando y uso las palabras adecuadas para conseguir que los demás continúen con sus historias. Cuando miro a la mujer mayor, se está comiendo un trozo de carne cruda bastante grande. Parece carne de vaca. Come con ansiedad, como si tuviera mucho hambre. Lo que más me sorprende es que, aunque parece pesado, lo sujeta con la punta de los dedos de una mano y la carne se despega con facilidad. Pienso en la palabra bestial. Observo durante un rato y la chica me mira a mí, pero casi no la veo. En todo el bar, sólo yo estoy pendiente de la anciana y la chica joven es la única que está pendiente de mí. Después de aproximadamente un minuto, comprendo que no es un trozo de carne cruda. No es nada de eso. No me he dado cuenta a pesar de que la mujer está sentada a un par de metros. Vuelvo a lo que tienen que decir los demás, mientras me siento un poco decepcionado. Si alguna vez te pasa, deja de mirar a los pocos segundos, busca una excusa, sal rápidamente de allí y no vuelvas en mucho tiempo. Porque cuando lo hagas, aunque nadie te crea, ese bar se habrá convertido en el lugar en el que una vez, una mujer mayor se comió un pedazo enorme de carne cruda.

(Escuchando: Children of Bodom - Oops! I Did It Again)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buñuelosamente grotesco...
como sus aventuras de ayer, de las que ya me han hablado... jejeje.

budoson dijo...

Gracias por eso que dice, caballero. ¡Ah! Pero debió estar usted allí, debió estar para verlo.