El conductor de la Línea 1 está triste. Lo noto. Después de veinte años cogiendo la Línea 1, lo noto. Si no conduce él, claro, también lo noto. Por regla general, el convoy entra en Cuatro Caminos suavemente y se detiene con ternura. Con una exactitud llena de humanidad. Pero hoy ha tenido que retroceder un poco. Será porque ayer perdió el Madrid. Hay quien se emociona ante un cuadro. Hay quien siente admiración por la obra de tal o cual escritor. Yo me conmuevo con la sensibilidad del conductor de la Línea 1 cuando tiene un buen día.
(Escuchando: David Lynch - Good day today)
1 comentario:
Conducir con ternura es todo un arte.
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