Eduardo Martín se acercaba al suelo a una velocidad de 128 kilómetros por hora después de haber atravesado el cristal del coche que conducía. Justo antes de impactar contra el asfalto, su vida pasó ante sus ojos. O eso pensó él al principio. No recordamos nuestros primeros años y, de todas formas, esta etapa tan temprana resulta relativamente parecida entre unos seres humanos y otros. Lo que pasó por delante de sus ojos fue la vida de alguien que no era él. Gente que no había visto jamás, lugares que no conocía y sensaciones que le eran de todo punto extrañas. Aquello le desconcertó profundamente. Pero, claro, comoquiera que su cabeza y el resto de su cuerpo terminaron despedazándose al tomar tierra, Eduardo Martín nunca pudo dar cuenta de tan sorprendente incongruencia.
También en El Microrrelatista
(Escuchando: Johnny Winters - Johnny B. Goode)
7 comentarios:
Menos mal que estas tú para contarlo. Me encantan los micros con finales totalmente abiertos a interpretaciones, sin necesidad de dejar claras las cosas.
Gracias por comentar, enmalestado. Sí, yo creo que a todos nos gusta pensar un poco en lo que acabamos de leer, que no nos lo den todo masticado. En la medida de lo posible, intento conseguir eso.
Al morir estaría bien repasar la vida de otro. Ja ja Ideal si eres cotilla. Buen micro.
Eh, bienvenido, Manuel. Hombre, depende de la vida que te toque. Porque como te toque repasar la vida de Belén Esteban o de alguno de estos, casi que paso.
Bueno, una pelicula 3D para despedirnos... Si pudiéramos elegir al menos al director. Muy sugerente, me ha gustado.
Saludos.
Lars von Trier, por ejemplo. Menudo bajón.
Qué gran enigma. Me muero por descubrirlo.
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