era mi diluvio, pero no mi barca

Era mi diluvio, pero no mi barca por lo que parece. Puedo hacer llover, eso a estas alturas ya les ha quedado claro, pero nunca dije que pudiera hacer que parase. Les advertí de lo peligroso que podía resultar el valle. Ayer vi cómo todos se alejaban remando y yo sigo en el tejado del hotel. Al menos pude preparar una especie de refugio con un trozo de lona. Sólo me queda mi Biblia, un poco de comida y, bueno, no creo que muera de sed. Si encuentras esta botella, digamos que es muy urgente. Que Dios les perdone, porque yo no voy a hacerlo.

(Escuchando: Facto Delafé y Las Flores Azules - El Monstruo de Las Ramblas)

las noticias de la carpeta con el símbolo de playboy: lluvia de sangre

La agencia de noticias DPA, informaba en agosto del año pasado sobre este curioso suceso ocurrido en Colombia:

Viajan a una aldea colombiana para investigar una "lluvia de sangre"

El obispo de la ciudad colombiana de Quibdó, monseñor Fidel Cadavid, dijo ayer que una comisión fue enviada a la pequeña aldea de La Sierra, donde sus 200 habitantes aseguran haber sido testigos de una "lluvia de sangre" que no pueden explicar. El caso ocurrió el miércoles pasado en esa alejada y pobre localidad del departamento de Chocó, fronterizo con Panamá. Un habitante de La Sierra, Emérito Córdoba, relató que la torrencial lluvia se prolongó por media hora. Córdoba dijo que poco después comenzó una filtración de agua roja en su casa. "Era en todo el pueblo y caía en el pavimento. El agua era sangre, olía a sangre, me unté la mano", aseguró Córdoba, un jubilado de 73 años.

(Escuchando: Nat King Cole - (I love you ) For sentimental reasons)

llovía afuera y yo sin paraguas

-Llovía afuera y yo sin paraguas. Alguien llamó a la puerta y era el cartero, que sostenía un paquete. Encima había una rana. El batracio se abalanzó sobre mí y, al ser extremadamente alérgico a estos animales, salté hacia atrás, resbalé y me golpeé la cabeza contra el suelo. Antes de desmayarme, pude ver que en la calle estaban cayendo ranas como la que me miraba subida a mi pecho. No, estoy bien, pero necesitaré otra semana para terminar el guión. Gracias por comprenderlo.
Colgó el teléfono y se sentó al ordenador.
-Ojalá tuviera la misma imaginación para todo.
El cielo amenazaba tormenta.

(Escuchando: Garbage - Supervixen)

marta

Marta lleva puesto un zapato que se ha encontrado
y una zapatilla suya en el otro pie.
Esta noche sale,
aunque mañana quiere levantarse pronto
porque el lunes tiene un examen de romano.
Es de un pueblo que no está muy lejos de aquí,
vino a la capital a estudiar.
Le hubiera gustado irse más lejos,
pero su novio la acababa de dejar
y no se sentía con fuerzas.
Sus padres también preferían que se quedara cerca.
Tiene 20 años.
Según ella, el novio de su amiga
es retrasado y ni siquiera terminó de estudiar.
Su amiga está hablando con él por teléfono.
No es que sea retrasado realmente
ni tiene nada en contra de la gente que no termina de estudiar,
pero no se llevan bien.
Marta tiene que irse
porque al final se queda a dormir en casa de su amiga,
que es de Zaragoza.
La del novio retrasado.
Iba a ir a su casa,
siguiendo la misma dirección que nosotros,
pero ha cambiado de opinión
y piensa
que no la estamos escuchando
y que lo único que queremos
es tirárnosla.

(Escuchando: Morrissey - I'm throwing my arms around Paris)

jacques de molay, estás vengado

Cuenta la leyenda que, antes de morir achicharrado por las llamas el 18 de marzo de 1314 frente a la catedral de Notre Dame, Jacques de Molay, último Gran Maestre de la Orden del Temple, profirió una siniestra maldición. En palabras de Geoffroy de Paris, cronista de la época, se expresó así: "Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir." Lo cierto es que no hay pruebas fiables de esto y lo único que se sabe es que Molay desmintió todas aquellas acusaciones que existían contra los templarios y qué él, como tantos otros hermanos, había confesado bajo tortura.

Aunque también es verdad lo siguiente: en noviembre del mismo año, Felipe IV, dirigente de la persecución contra la Orden, cae fulminado, aparentemente, por un problema cerebrovascular en plena jornada de caza. Todos sus sucesores morirían también sin dejar descendencia, con la inevitable extinción de la dinastía de los Capetos. Pero es que antes de cumplirse 40 días de ese 18 de marzo, Clemente V, que a pesar de arrepentirse más adelante, fue el principal instigador contra la causa templaria, muere a consecuencia de un cáncer. Las defunciones no terminan aquí y varios personajes relacionados con el proceso también perdieron la vida en un corto espacio de tiempo.

Después de aquello, Europa fue asolada durante años por unas terribles lluvias torrenciales que desbarataron las cosechas, hubo hambrunas, guerras y la Peste Negra se llevó por delante la vida de 25 millones de personas.

Pero hay más. Se dice que momentos después del ajusticiamiento de Luis XVI, ya en el París de 1793, un hombre subió al patíbulo y clamó: "¡Jacques de Molay, estás vengado!"

(Escuchando: Hatcham Social - Sidewalk)

¿te acuerdas de mí?

-¿Te acuerdas de mí?
Claro que me acordaba. Para empezar, seguíamos viviendo uno enfrente del otro y nos cruzábamos a menudo.
-Vamos, te invito a algo.
Vale. Conozco esos arranques absurdos, pero después del sábado viene el domingo y lo mismo que me acordaba de él, recordaba por qué habíamos dejado de hablarnos. De todas formas, bebimos, rescatamos historias que teníamos olvidadas, nos reímos y, bueno, creo que arreglamos las cosas. Hasta que me terminé lo mío y le pegué el puñetazo más fuerte que pude. Le dije:
-Yo tampoco me lo esperaba.
Entonces me fui de allí.

(Escuchando: Alain Caron - Val C)