—Que se arrime un poco más al borde de la cama —le susurró Gary D’Angelo a su ayudante de dirección sin atreverse a mirarle. Éste ya había trabajado en varias cintas con él, así que sonrió y transmitió la orden a la actriz principal.
—Muy bien… Ahora —aquí Gary se sonrojó—, el joven debería eyacular sobre los senos de ella —y se tapó la cara con las manos.
D’Angelo (en realidad se llamaba José Luis Aristizábal, había nacido en Hernani y estaba licenciado en Filosofía por la Universidad del País Vasco), era un hombre extremadamente tímido, pero sus películas porno siempre recibían el aplauso del público y de la crítica.
—Muy bien… Ahora —aquí Gary se sonrojó—, el joven debería eyacular sobre los senos de ella —y se tapó la cara con las manos.
D’Angelo (en realidad se llamaba José Luis Aristizábal, había nacido en Hernani y estaba licenciado en Filosofía por la Universidad del País Vasco), era un hombre extremadamente tímido, pero sus películas porno siempre recibían el aplauso del público y de la crítica.
(Escuchando: Havalina - Música para peces)
2 comentarios:
A lo mejor tanto filosofar le llevó a olvidar su timidez desnudando su alma ante la cámara, alma que nadie vería, solo verían su cuerpo.
Besos lascivos.
Hay exhibicionistas de closet.
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