Mientras suelto las pastillas en las hierbas altas me convenzo de que no voy a volver a tomarlas. No me sientan bien. No me dejan ser yo mismo. Cuando me levanto al día siguiente, miro por la ventana y contemplo asombrado cómo han actuado sobre la vegetación. Ahora mi jardín va a ser la envidia del vecindario. Aparto la maleza y camino durante todo el día a través de flores desconocidas, bosques de baobabs y praderas infinitas. Exhausto, he encontrado cobijo en esta cueva formada al borde de un acantilado frente al océano. Aquí se está bien. Aquí no vais a poder encontrarme. Esta vez no.
(Escuchando: Joy Division - She's lost control)
5 comentarios:
Claramente ha sido la toma definitiva aquella que lo libere de aquello que le producía tanto temor, quizás, el mismo.
Encantada de seguir dencontrando lugares donde la lectura sigue siendo un placer irremplazable, lo apunto a mis fa<voritos.
Saludos desde Tenerife y te dejo enlace para cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Scary...
Veo que las pastillas psicotrópicas han dado mucho juego ^_^
Saludillos
:)
Muy bueno, Budoson. Un micro muy bien trazado, que aborda el fondo del tema sin tratarlo, pero dejando soterrado todo su potencia.
Un saludo.
Muchas gracias a los tres. Por pasar por aquí, leer y tomaros la molestia de comentar.
Gloria, bienvenida. Avísame si ves que no estoy a altura.
muy bueno. Vaya pastas que tomaba. ¿Eran fertilizante puro o el dealler se las cortaba con otra cosa?
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