27/10/11
grandes momentos de la historia de la televisión: paranoia agent
(Escuchando: Mogwai - Yes! I am a long way from home)
23/10/11
guerra de bandas
En el patio de manzana de aquel bloque de edificios llevaba tiempo desarrollándose una lucha encarnizada. La adolescente del 1º D del número 31 de la calle Descarga, ponía clásicos del rock a todo volumen sólo para fastidiar a la adolescente del 2º D del número 20 de la calle Cadena, una gran amante de las radiofórmulas que hacía lo propio con su colección de recopilatorios. MC5 contra La Oreja de Van Gogh. Led Zeppelin contra los Black Eyed Peas. Y así. A todo trapo. Los vecinos habían puesto ya varias denuncias, pero cuando la lucha entre el Bien y el Mal toma forma en el reproductor de cedés de dos estudiantes de secundaria, este tipo de medidas no sirven para nada. Fue el portero del número 37 de la calle Mina, un señor de Badajoz muy interesado en la magia muti africana, el que se propuso terminar con la situación de una vez por todas. Estudió el ritual apropiado y lo puso en práctica una noche después de sacar la basura. No parecía especialmente complicado, pero, por el motivo que fuera, algo salió mal. No sólo no consiguió terminar con la guerra de bandas, sino que además condenó a la adolescente del 1º D del número 31 de la calle Descarga y a la adolescente del 2ª D del número 20 de la calle Cadena, (y por extensión a todo el barrio) a seguir enfrentándose eternamente. Sin descanso. Así que, cuando todo termine, cuando ya no quede nada, cuando no haya un 2º D ni un 1º D ni ninguna otra cosa, las dos adolescentes seguirán poniendo sus discos favoritos en mitad del desierto a una potencia cada vez mayor. Por los siglos de los siglos. The Stooges contra Maná. Black Sabbath contra Bon Jovi. Y así.
(Escuchando: Jon Barry Orchestra - The James Bond Theme)
20/10/11
el sonido de las grandes ciudades
Ya sabes cómo es esto,
las cosas están muy mal.
Vamos a quedar esta tarde en una terraza
y lo hablamos.
¿Vas a ir a la manifestación?
Porque hay que estar ahí.
Lo mejor será aparecer un poco antes
y echar unas cervezas,
así hablamos.
Es increíble lo de África,
y nadie hace nada.
¿Quieres que vayamos a cenar y de paso hablamos?
Estoy muy liado,
pero a lo mejor consigo sacar un rato el jueves.
Conozco un sitio genial,
podemos vernos allá
y ya hablamos.
Me gustas.
Me gustas mucho y me gustaría salir contigo.
Estaría bien ir al cine
y luego a tomar algo.
No tenemos por qué hacer nada si no quieres.
Sólo hablar.
(Escuchando: Rotersand - Last ship)
17/10/11
14/10/11
i'm lovin' her
Josu Flamarique entró trabajosamente en el McDonald’s de Pearse Road, en Letterkenny. El McDonald’s más al norte de Irlanda. Avanzó hasta el mostrador y pidió un Big Mac, como llevaba haciendo los últimos meses. En Barcelona, en Nantes, en Bruselas, en Exeter. Había engordado mucho. Cuando su pedido estuvo listo, se sentó y le dio un mordisco a la hamburguesa. No llegó a darle el segundo porque su cara cambió revelando una gran emoción y salió corriendo hacia la cocina con toda la rapidez que sus casi 140 kilos le permitían. Uno de los empleados intentó impedirle la entrada, pero no pudo hacer demasiado por conseguirlo. Sí, tenía que ser ella. Por fin. Seguro que era ella. Esta vez sí. Y por increíble que parezca, lo era. Allí estaba, sorprendida como el resto de los cocineros. Solo que bastante más. Preguntándose si realmente era posible que fuera él. Intentando reconocerle debajo de toda aquella grasa. Pensando que “De todos los McDonald’s de todas las ciudades del mundo, tenía que venir precisamente al mío.” Pero no dijo nada. Entonces, Josu Flamarique sintió un dolor punzante en el pecho. Trastabilló, perdió la estabilidad y se desplomó sobre la plancha de la carne cayendo finalmente al suelo. Pálido. Intentando conservar una vida que se le escapaba. Su corazón no había podido aguantar más.
(Escuchando: U2 - I still haven't found what I'm looking for)
9/10/11
6/10/11
cuaderno de notas
Son las doce horas, un minuto y quince segundos del seis de octubre de dos mil once. La semana pasada le compramos a Ana una casa de muñecas. La niña estaba encantada con el regalo, sin embargo, al tercer día dejó de jugar con ella. Decía que escuchaba voces y que los muebles del salón se movían. Naturalmente, ni su madre ni yo nos lo creímos. Hasta que pudimos ver cómo caía un armario en el dormitorio principal. Ayer la quemamos en el jardín, pero la casa ha vuelto a aparecer. Y me ha parecido un poco más grande. La he medido. Ahora sé que lo es.
(Escuchando: Ornamento y Delito - Bono es Dios)
5/10/11
las noticias de la carpeta con el símbolo de playboy: me gusta ser una zorra
Bueno, pues ya lo sabéis. En un sorprendente giro teniendo en cuenta la antigüedad de las noticias que suelen aparecer por aquí, ésta es de ayer mismo. El WTFismo no entiende de dataciones.
(Escuchando: David Lynch - Crazy Clown Time)
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