Tal vez si hubiera preguntado dónde quería ir ella de vacaciones, si no hubieran hecho siempre lo que él quería, si hubiera sido un poco más comprensivo. Tal vez entonces, no estaría a las 2 de la mañana de un sábado chateando con trastornadas analfabetas que pasaban de él. Tal vez no estaría tan devastadoramente solo. De pronto escuchó pasos. Pasos familiares que se dirigían al cuarto de baño. Pero no era en su piso. Era alguien en el piso de arriba que se puso a mear sobre su cabeza. Durante un minuto por lo menos. Un minuto que duró nueve años y siete meses.
(Escuchando: Dead Can Dance - Frontier [demo])
6 comentarios:
Hay qué escuchar siempre al contrario...O cuando te dascuenta puedes estar más sol@ que la una.
Saludos desde el aire
Me gustan tus textos pero tus comentaristas vienen a ser imbéciles.
(Me incluyo entre ellos, no va por Rosa)
Viejodelabajera, pásate más a menudo por aquí, que ya sabes que eres muy bienvenido.
Los minutos largos son sumamente desagradables!!
elviejodelabajera, quizá lo estúpidos sean los comentarios... porque llamar imbéciles a los comentaristas... por mucho que te incluyas es feo, no? jajaja
Abrazo!!
Es curioso lo de venir a ser imbécil, porque en realidad significa otra cosa ¿no? Venir para ser, si no se era; aunque aun siendo, no sé si se sería más, si es caso. Yo ya era, y a placer.
Y tú, Budo, cuando pases por la bajera, avisa y llevo yo la cerveza.
A lo que iba: genial dibujo de la escena, trastornadas analfabetas y devastadoramente solo. Y no es fácil decir que a alguien le mean en la cabeza sin imaginar Delicatessen.
Saludos cuencos
No os toméis a mal lo de elviejodelabajera, ¿eh? Es un señor mayor bastante venerable. Le gustan las mujeres y le gusta el vino.
Propílogo, tengo que volver a ver Delicatessen y La Ciudad de los Niños Perdidos, después de tanto tiempo es como si no las hubiera visto. Y Micmacs, a ver qué tal.
Saludos más cuencos que nunca.
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