Las Perras del Infierno se forman en Pamplona en 2002 tomando como referentes a los Cramps, los Ventures y los Stooges, y al calor de otras bandas que surgían en el momento en la ciudad: El Columpio Asesino, Mermaid, Basque Country Pharaons o Deadflowers. Una de las mejores cosas que se pueden hacer en Pamplona cuando estás a punto de cumplir los 20 es formar un grupo. Barbarella (que venía de cantar en Plexus), Inés y Onneca andaban buscando a una cuarta chica para que se hiciera cargo de la batería y poder así completar la formación. Entonces, apareció Ander pero “en seguida nos dimos cuenta de que era tan perra como nosotras.” Las Perras del Infierno ya estaban listas para hacerse notar: Barbarella y Onneca a la guitarra, Inés al bajo, Ander a la batería. En las labores vocales, la cosa queda repartida entre las féminas.
A partir de una primera maqueta que se propagó por Internet, el grupo obtiene muy rápidamente un contrato con el sello catalán La Playa Records para grabar un EP con Cristian Vogel como productor. “Somos las Perras” (La Playa / Rise Robots Rise, 2003) incluye la homónima “Somos las Perras”, además de “Surfin Las Vegas”, “Cabalgando” y “Barbie”. Surf, punk y esencia ochentera. Muchachas formales buscando provocar. Los habituales conciertos por la zona norte se multiplican y Las Perras llegan hasta Madrid, donde conocen a Jesús Ordovás que, con su apoyo, se convierte en uno de los factores clave en la difusión de la banda.
En poco tiempo consiguen ser teloneras de Chicks on Speed, lo que les permite tocar con ellas primero en Londres y más adelante en Berlín. No está nada mal para un grupo con un sólo EP publicado. Después, vendría el Primavera Sound.
2005 es el año de Intuición Canina (Subterfuge, 2005), con Cristian Vogel repitiendo en la producción. Subterfuge se fija en ellas y, ya asentadas en Barcelona, sustituyen a Ander por Demónica, que tenía bastante experiencia en la escena rockera de su Perú de origen. El primer y único larga duración de Las Perras del Infierno rescata los cuatro temas de su EP de debut y aporta nueve más que siguen la misma dirección. Canciones rápidas con letras que hablan de sexo (“Polvo Salvaje”), sexo (“Dum Dum”), sexo (“Sexual”) y bicis (“Cabalgando”). El disco se cierra con una versión de las Vulpes (de quién si no), a su vez versión del “I Wanna Be Your Dog” de los Stooges: el legendario “Me Gusta Ser Una Zorra” se transforma en “Me Gusta Ser Una Perra”. La revisión de “The Way I Walk” de los Cramps que solían tocar en sus conciertos no fue incluida.
Al año siguiente, Las Perras del Infierno se separan. La confirmación en forma de mensaje en su myspace: “LAS PERRAS DEL INFIERNO se han disuelto a finales del 2006, pero no se vuelvan locos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Siempre nos podrán seguir escuchando en sus casas y en sus sueños... Hasta siempre, amigas y amigos!!!”
Una vez desperdigada la jauría, Olatz colaboró en el segundo disco de El Columpio Asesino, y ella y Onneca siguieron en Virüs, el grupo paralelo en el que ambas llevaban un tiempo. Después vendrán Las Furias. Por su parte, Inés ingresa en La Célula Durmiente
Esta biografía y la discografía del grupo aparecen en lafonoteca, una completísima base de datos de música española.
(Escuchando: G. G. Quintanilla - Carlos, mejor así)
A partir de una primera maqueta que se propagó por Internet, el grupo obtiene muy rápidamente un contrato con el sello catalán La Playa Records para grabar un EP con Cristian Vogel como productor. “Somos las Perras” (La Playa / Rise Robots Rise, 2003) incluye la homónima “Somos las Perras”, además de “Surfin Las Vegas”, “Cabalgando” y “Barbie”. Surf, punk y esencia ochentera. Muchachas formales buscando provocar. Los habituales conciertos por la zona norte se multiplican y Las Perras llegan hasta Madrid, donde conocen a Jesús Ordovás que, con su apoyo, se convierte en uno de los factores clave en la difusión de la banda.
En poco tiempo consiguen ser teloneras de Chicks on Speed, lo que les permite tocar con ellas primero en Londres y más adelante en Berlín. No está nada mal para un grupo con un sólo EP publicado. Después, vendría el Primavera Sound.
2005 es el año de Intuición Canina (Subterfuge, 2005), con Cristian Vogel repitiendo en la producción. Subterfuge se fija en ellas y, ya asentadas en Barcelona, sustituyen a Ander por Demónica, que tenía bastante experiencia en la escena rockera de su Perú de origen. El primer y único larga duración de Las Perras del Infierno rescata los cuatro temas de su EP de debut y aporta nueve más que siguen la misma dirección. Canciones rápidas con letras que hablan de sexo (“Polvo Salvaje”), sexo (“Dum Dum”), sexo (“Sexual”) y bicis (“Cabalgando”). El disco se cierra con una versión de las Vulpes (de quién si no), a su vez versión del “I Wanna Be Your Dog” de los Stooges: el legendario “Me Gusta Ser Una Zorra” se transforma en “Me Gusta Ser Una Perra”. La revisión de “The Way I Walk” de los Cramps que solían tocar en sus conciertos no fue incluida.
Al año siguiente, Las Perras del Infierno se separan. La confirmación en forma de mensaje en su myspace: “LAS PERRAS DEL INFIERNO se han disuelto a finales del 2006, pero no se vuelvan locos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Siempre nos podrán seguir escuchando en sus casas y en sus sueños... Hasta siempre, amigas y amigos!!!”
Una vez desperdigada la jauría, Olatz colaboró en el segundo disco de El Columpio Asesino, y ella y Onneca siguieron en Virüs, el grupo paralelo en el que ambas llevaban un tiempo. Después vendrán Las Furias. Por su parte, Inés ingresa en La Célula Durmiente
Esta biografía y la discografía del grupo aparecen en lafonoteca, una completísima base de datos de música española.
(Escuchando: G. G. Quintanilla - Carlos, mejor así)
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