La serpiente me quedó más gorda de lo previsto. Era complicado ocultar una cosa así dentro del reptil sin que sobresaliera un poco. De todas maneras, la ligera imperfección sólo resultaba evidente en mis ojos de taxidermista curtido. No pretendía hacer un juego de palabras. No pretendía hacerme el gracioso. Aprendí a no hacérmelo más en el momento en que me dejaron claro qué pasaría si se descubriera lo que contenían aquellos monos. Aunque esta vez no eran monos. ¿Qué había ocurrido con ellos? Era demasiado grande para el cuerpo de esa serpiente. Pero no se notaba. Qué tontería. No se notaba nada.
(Escuchando: The Associates - Transport to Central)
7 comentarios:
Este párrafo me recuerda a la primera parte del Principito.
Lo del elefante y todo eso. Sé que queda muy feo, pero no me gusta nada ese libro.
Bonito o feo para gustos los colores. Socialmente igual sí que queda un poco feo pero seguro que muchos de los que dicen que esta muy bien ni siquiera se lo han leido.
A lo mejor lo leí demasiado tarde, no sé. La vida de Saint-Exupéry me parece bastante más interesante.
Esta mañana mis auriculares han empezado a agonizar, yo pensaba que estos serían los definitivos... pero no. Supongo que todavía los mantendré unos días antes de que inaugure el cajón de los auriculares muertos... moveré la cabeza, le daré golpecitos para intentar lo inevitable.
Me estoy conviertiendo en el Dr. Auricular. Ten paciencia, a veces se recuperan ellos solos. Si pasados diez días la cosas no mejora, házmelo saber. Gracias por el comentario (¿Marta?)
¿Marta? ¿quién es Marta?
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