El otro día, de la forma más casual del mundo, quiso la providencia que terminase viendo la versión hispana de Drácula, la de 1931. Qué gran cosa esto del eMule. En la mayor parte de los casos uno pretende bajarse la película de Tod Browning y termina con alguna película porno transilvana o con aquella que hizo Chiquito de la Calzada. Que, gracias a Dios, no era porno. La cosa es que en este caso la confusión trajo consigo esta pequeña joya que se rodó en los mismos escenarios y con la misma trama que la original, pero con actores sudamericanos. Lo que parecía un clon abominable de los que por aquel entonces tenía costumbre hacer la Universal se convirtió en una película que supera a la original, dicen. Desde luego sí que lo hace en duración, porque la agónica declamación de los actores hace que se alargue un buen rato. Y es que a pesar de los escotes de la Mina de turno (que aquí se llama Eva vaya usted a saber por qué), donde esté Bela Lugosi...
(escuchando: Trent Reznor & Peter Murphy & Tv On The Radio - Bela Lugosi's Dead)
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