Estaban en el funeral de Jesucristo,
en el de Juana de Arco
y ahí estarán
el día que tú te vayas.
Festín de carroñeros
miserables hijos de puta,
llegan desde ninguna parte
excitados por el olor
de la sangre cansada.
Calvas sus cabezas,
encorvados los cuellos,
lanzan sus garras
arañando el oro
y produciendo un chirrido tan espantoso
que hasta los muertos pueden oírlo.
¿Para qué quieres ya ese dinero,
viejo despreciable?
La hora se acerca también para ti
y no hay riqueza en la tierra que pueda devolverte
al momento previo
en que empezaste a encadenar un error tras otro
y tu vida se transformó
en el error más irreparable de todos.
Esos buitres retorcidos
no me pillarán con la guardia baja,
oh, no señor,
claro que no.
Antes verán arder mi casa
y todo lo mío en manos de los pobres.
Sabré qué hacer
cuando alcen el vuelo
y comiencen a trazar círculos
a mi alrededor.
Es sólo cuestión de tiempo
que ocurra.
en el de Juana de Arco
y ahí estarán
el día que tú te vayas.
Festín de carroñeros
miserables hijos de puta,
llegan desde ninguna parte
excitados por el olor
de la sangre cansada.
Calvas sus cabezas,
encorvados los cuellos,
lanzan sus garras
arañando el oro
y produciendo un chirrido tan espantoso
que hasta los muertos pueden oírlo.
¿Para qué quieres ya ese dinero,
viejo despreciable?
La hora se acerca también para ti
y no hay riqueza en la tierra que pueda devolverte
al momento previo
en que empezaste a encadenar un error tras otro
y tu vida se transformó
en el error más irreparable de todos.
Esos buitres retorcidos
no me pillarán con la guardia baja,
oh, no señor,
claro que no.
Antes verán arder mi casa
y todo lo mío en manos de los pobres.
Sabré qué hacer
cuando alcen el vuelo
y comiencen a trazar círculos
a mi alrededor.
Es sólo cuestión de tiempo
que ocurra.
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