Cuando no tienes nada
te queda por lo menos lo de escribir.
Es algo que has prometido en público
hacer hasta que te mueras
y si no lo haces te vas a morir.
Así que cuando tampoco tienes eso,
lo de escribir,
cuando no tienes ninguna idea
ni el valor necesario para desarrollar algo antiguo,
cualquier cosa vale si consigue drenar el magma oscuro
que te está ahogando
desde dentro.
A falta de algo mejor,
más largo,
más elaborado,
escribes un poema.
Una pequeña punción
a la altura del cuerpo calloso.
Suficiente para ir tirando.
Funciona igual que una cesárea.
Ese pequeño bastardo no sale por donde debería
ni como debería.
Pero sale
al fin y al cabo.
Si tienes suerte respira.
(Escuchando: Marilyn Manson - Deep six)
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