Estás haciendo cola en el supermercado. Cuando llega tu turno, te das cuenta de que no tienes dinero suficiente y le pides a la
cajera que te quite un par de cosas. Bajas la cabeza avergonzado y ves un guante de plástico con todos sus dedos recogidos a
excepción del dedo corazón, que te apunta directamente. Creo que Dios se está riendo de mí.
(Escuchando: Ornamento y Delito - Hombre nuevo)
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