No le das las gracias a ningún dios cuando te despiertas. A las siete de la mañana, El Armagedón es algo tan oportuno como cualquier otra cosa. Pero entonces te acuerdas de que ayer compraste esos donuts que tanto te gustan. Que te están esperando en el armario de la cocina. También: el cigarrillo después de comer, estrenar unos calcetines, beberte una cerveza de importación. Ese tipo de cosas. No es la abrumadora belleza del universo lo que te saca de la cama. No es el amor. No es lo mucho que te gusta tu trabajo. Son los donuts.
(Escuchando: Morrissey - Children in pieces)
4 comentarios:
Jajaja XD
¡Es tremendo! Enhorabuena ;)
Gracias, gracias.
Las pequeñas cosas, ya sabes...
Si no fuera por ellas...
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