Uno de los últimos seminaristas
mira desde la ventana de su habitación
pensando que es una pena,
que alguien debería encargarse
de esa casa que se está cayendo a pedazos.
Todos piensan lo mismo.
Pero el Ayuntamiento dice que no puede hacer nada
o está demasiado ocupado
y el único familiar que queda,
vive lejos
y está ingresado en una residencia.
Ni siquiera se acuerda de cómo andar.
Han vuelto a forzar la cerradura
y seguirán haciéndolo y llevándose cosas
hasta que no quede nada.
(Escuchando: Johnnie Ray - She didn't say nothin' at all)
2 comentarios:
Llueve mientras el seminarista mira por la ventana?
No, no llueve. Son como las siete de la mañana y es un día de verano. Nublado, eso sí.
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