Cuando era pequeño pensaba, o mejor dicho, me daba por fantasear (espero que todavía recuerden cómo funciona la mente de un niño) con la posibilidad de que mi vida fuera un fraude. Que mi familia no era en realidad mi familia y que, en definitiva, toda la gente que me rodeaba eran actores que desempeñaban perfectamente su papel y que aparecían en el momento justo. No tenía muy claro si mi casa y el colegio eran decorados, pero suponía que mis acciones estaban siendo grabadas y retransmitidas a muchos muchos muchos kilómetros de distancia. Sí, jugaba con la idea de ser el objeto de estudio de los extraterrestres. Los extraterrestres en general. Vaya ideas para un crío, pensará alguno. Eso es El Show de Truman, apuntará otro. En lo primero estoy de acuerdo, en lo segundo no. El Show de Truman vino un montón de años después, cuando ya había dejado atrás esa clase de pensamientos y me había convertido en un adolescente más o menos normal. Cuando era pequeño tenía bastantes ideas de ese tipo. Habría sido un buen guionista antes de saber escribir. Puede que haya alguien que piense que, después de ver la película, revisité la historia de mi niñez y confundo mis recuerdos con el argumento. Pero no, no es así. Básicamente porque nunca he visto El Show de Truman. Sé de qué va, pero no la he visto. Se me adelantaron, eso es todo. Me ha pasado con otras películas.
Bastante más tarde descubrí otra cosa. Descubrí una nueva enfermedad mental denominada Síndrome de Truman. Supongo que se imaginarán por dónde van los tiros. El que lo sufre cree que su vida está siendo escrita y visualizada y que sus allegados son actores. Supongo también que se imaginarán de dónde han sacado el nombre. Síndrome de Truman. Pueden creerme o no, pero es verdad. Peor es el Síndrome de Frégoli. Investiguen. El caso es que no tengo una conclusión para todo esto. Sería impresionante que a los seis años hubiera sufrido una enfermedad mental basada en una película que se estrenaría mucho después y que me hubiese curado conforme mi cerebro se iba estructurando, no me digan que no. ¿Nunca han sentido como si el cartero sobreactuase?
(Escuchando: Alec Empire - On fire)