Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejito, pero los alumnos estaban tan nerviosos que ni siquiera se daban cuenta. Un distraído gesto con la mano y después aquel: “¿Está seguro de que el espejo retrovisor está en una posición correcta?”, que hacía descender varios grados la temperatura del interior del coche. Había algo perverso en ella ¿Qué podía hacer ante una examinadora así? Sabía cuánto disfrutaba suspendiendo a la gente a cualquier precio. Casi tanto como yo mirándole las piernas.
(escuchando: ILS - Over Turned)
2 comentarios:
Jaja, es una duda que me intriga mucho. Saludos!
Saludos, Budokan. Tengo que preguntarte por el origen de tu nick, pero siempre se me olvida.
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