Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo. Hacía tres años que no veía a mi hijo pero, sin duda, era él. No parecía alegrarse de verme. Lo achaqué al tiempo pasado y a que, después de todo, era posible que hubiera olvidado mi cara. Me dijo entonces que yo no era su padre, que éste había sido enviado de vuelta a casa con una herida en la pierna al principio la guerra. Le pregunté cómo se llamaba su padre. Cuando dijo mi nombre, finalmente comprendí que en algún lugar que no era ése, una madre y un hijo seguían esperándome.
(escuchando: Benjamin Biolay - Douloureux Dedans)
6 comentarios:
mola, aunque me gusto mas el anterior.
Por cierto ¿has visto? alguien mas ha votado ¿o tu has vtado otra vez por data tramposo? ;-)
Dita le observa también detenidamente, en la semana-homenaje a los sordocojos del universo.
Por Data he votado yo, jiji.
Me gusta el relato, puedes ganar cmo vaticinaste el sabado entre humos y bebidas espirituosas.
intentaré superarme la semana que viene, carandini. mh... siento lo fallido de la concentración del sábado.
dita: ayer vi el primer capítulo de v (el montaje de la niña de las estrellas) justo antes de dormirme y he soñado con un perro que hablaba, con frank sinatra y con la gala de los oscar, que en realidad era un mitin psoe vs. pp. todo mezclado. creo que lleva droja eso que hacéis.
bien votado, mr. kennedy. ya le comento, última semana que escucho el programa.
Como tenga droga mal vamos...
Con la cantidad de cosas que normalmente pienso por minuto y ahora no me sale nada.
Bueno...sí,que llevo un rato leyendo y me está gustando esto.
-Supongo que es lo que tiene la guerra, que entre la verguenza y las ganas de llegar a casa, se te olvida todo-
me alegro un montón de haberte atraído por aquí, elka. y de que te guste. he estado merodeando por tu blog, pero voy a meterme ahora otro rato. bienvenida.
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