Allá por 1982, la ocultista Nancy Ann Tape establecía una suerte de clasificación humana a partir del color del aura, esto es, diferenciando a las personas en vez de por la pigmentación de su piel, por la pigmentación de su "alma". Cada matiz cromático encerraba una serie de características que aglutinaban a un grupo y lo segregaban del resto. Enmarcada dentro del milenarismo y las doctrinas new age que tan populares fueron en la época, el asunto ha sido denunciado como una teoría discriminataria además de simplemente estúpida (con extraterrestres de por medio, como no podía ser de otra forma). Los nacidos con un aura azulada, Los Niños Índigo, fueron preconizados como una raza mucho más evolucionada que el resto, que conduciría a la humanidad hacia su punto álgido. Entre las habilidades en las que destacaban se encuentran los superpoderes mentales, la sanación, la clarividencia y el tener un patrón de conducta único y superior.
En la mayor parte de estos niños lo único que se ha comprobado es que sufrían de hiperactividad o de síndrome de déficit de atención.
(escuchando: Justice - Valentine)
2 comentarios:
me recuerda a los epilépticos a quienes creían poseidos o chamanes y todo eso de buscar una explicación mágica, sobrenatural o mística a aquello que no entendemos o que nos duele demasiado
no?
eeeeeeeeeeehhhhhhhhhhhhh
ÍNDIGO!!!
doing the índigo
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