Si hubiera posibilidad de
que tus enormes ojos acuáticos
pertenecieran a otra.
Otra que no me mirara con
ese odio con el que tú me miras a veces.
Si esa arruga tan
encantadora que se forma en tu nariz
cuando te ríes
de cualquier imbecilidad
se formara en la nariz de
alguien
con un sentido del humor
sano y creativo.
Si se me ofrecieran la
oportunidad
de ver tu absurda forma de
caminar
(que tanto me gusta)
en otra mujer que no
disfrutara pisando a los demás,
en una que empleara los
graciosos movimientos de tus pequeñas manos
para ilustrar conversaciones
que fueran más allá
de libros estúpidos,
programas de televisión estúpidos, cantantes estúpidos,
y ropa,
una persona que tuviera tu
pelo
y que me dejara tocarlo de
vez en cuando,
que hubiera nacido con una
boca como la tuya
y le sacara partido
transmitiendo con ella
conceptos que tú ni siquiera
sospechas que existen.
Si fuera posible de alguna
manera.
Si existiera una forma.
Pero claro,
entonces no serías tú.
Esa no serías tú.
Ninguna de ellas serías tú.
Y eso
(oh, sí, ya lo creo),
eso sería tan maravilloso,
mi amor.
(Escuchando: M.I.A. - Believer)