No funcionó. Si alguien me hubiera dicho que poner una tienda de golosinas al lado de un colegio no iba a resultar, no le hubiera creído. Pero los niños empezaron a quedar en la puerta para arreglar sus diferencias partiéndose la cara y pronto dejaron de entrar a comprar. Hace poco, casualidades de la vida, abrieron una clínica de reconstrucción maxilofacial en el lugar donde estaba mi tienda. Una idea mucho más oportuna por lo que parece. Hoy he sabido que el colegio se traslada. No me sorprende. Siempre pensé que el alquiler del local era extrañamente barato.
(escuchando: The Cure - Friday I'm in Love (Xacobeo 2004)